28 nov 2014

"Félix Tafalla, en el Camino Aragonés"


Aunque con un poco de retraso, nuestro amigo Félix Tafalla, nos envió el relato de los días que pasó durante el pasado verano por el Camino Aragonés y por el tramo de Francés que discurre entre Puente la Reina y Logroño.


Después del fallido intento de hacer El Camino Primitivo en el mes de Mayo, lo que supuso un bajón en mi ánimo, me decido a afrontar el Camino Aragonés, que tantas ganas tenía de hacer. Casi sin preparación, a la 1 de la madrugada del 21 de julio, tomo el ALSA en dirección a Pamplona para enlazar con otro autobús a Jaca y de aquí a Somport.


Llego a Somport acompañado por Cristina, Peregrina catalana y dos hermanas aragonesas; Laura y Arantxa. Comenzamos a caminar y al poco, Cristina y yo nos perdemos al no ver las señales, reagrupándonos al alcanzar el túnel de Canfranc. Mientras Luaura y Arantxa deciden quedarse en Canfranc Estación, nosotros continuamos hasta el albergue de Canfranc Pueblo, donde conocemos una simpática pareja francesa que compartirá Camino con nosotros hasta Puente la Reina.


El objetivo del día siguiente es alcanzar Jaca, cosa que hago solo, pues poco a poco nos vamos dispersando a lo largo de la jornada. El trazado discurre por Villanúa, superando el curso del rio Aragón para alcanzar Castiello de Jaca, otro puente sobre el Aragón y un gratificante paseo por su orilla, me conduce a una pasarela habilitada en 2010 para cruzar el rio Ijuez, antes se cruzaba por unos adoquines en vertical que aún se conservan.


La ermita de la Victoria y la cuesta de la Salud, me dejan a las puertas de Jaca, tras el paso por la oficina de turismo, allí me informan que el sello de la catedral es más bonito, a donde me dirijo para seguir hasta el albergue, donde se produce el reagrupamiento, para una vez juntos salir a hacer un poco de turismo por Jaca.


El segundo día tras un considerable madrugón, pues me levanté con la intención de realizar la variante de San Juan de la Peña cosa que no logré debido a la confusa señalización, tuve una magnífica experiencia. Me encontraba mirando el mapa de la etapa, cuando se me acerco un coche de la Guardia Civil con dos agentes femeninos, me preguntaron si tenía algún problema, a lo que respondí que estaba buscando la salida de Jaca hacia Arrés y no solo me la indicaron amablemente, si no que me subieron al coche y me llevaron hasta la salida de Jaca, ¡muchas gracias!.


Tras un trecho de urbanización y polígono dejo atrás Jaca, alcanzando la ermita de la Victoria, símbolo de la victoria sobre los musulmanes. Continuo por una cabañera (cañada de ganado) por Botiguera para cruzar el rio Gas y alcanzar la casa del Municionero. Un poste indica el desvío hacia Atarés y San Juan de la Peña, al cual no hice caso pues tenía información de la existencia de otro desvío. Tras cruzar la carretera en dos ocasiones, alcanzo el barranco de Atarés y la carretera de Santa Cruz de los Seros y San Juan de la Peña, lugar en el que pregunté a una señora y … termino en Santa Cilia de Jaca, donde desayuno y me percato de la equivocación.


Así que decido seguir hasta Puente la Reina de Jaca y Arrés, donde me encuentro la Casa de las Sonrisas, en la que poco a poco los que partimos de Somport ya estamos de nuevo juntos. Nati, hospitalera de la Casa de las Sonrisas, nos hace de guía durante la visita a todos los rincones del pueblo antes de disfrutar de una magnífica puesta de sol, de una reconfortante cena comunitaria y del merecido descanso.


A la mañana siguiente, el grupo se pone en marcha con la compañía Juan y Marjolaine, el sol comienza a calentar muy pronto haciendo aún más dura la ascensión de Artieda, de donde retomamos la marcha después de pagar un desayuno a precio de 5 estrellas. Con la compañía del pantano de Yesa, alcanzamos Ruesta donde nos reciben, los únicos habitantes de este singular lugar el hospitalero y su acompañante, rematando la jornada con un inolvidable baño en el río.


La siguiente jornada estará marcada por la lluvia y por la dispersión del grupo, pues cada uno comenzó a su aire; unos muy temprano, otras con picaduras (no llegamos a conocer su origen) y yo en compañía de Juan. Alcanzo Undues de Lerda bajo los rayos de una importante tormenta en compañía de la “francesa”, pues Juan decidió quedarse atrás “disfrutando” de la lluvia. Por cierto, Undués dispone de uno de los mejores albergues del Camino. Mientras desayunamos llega Juan, así que tenemos un rato más de descanso mientras le esperamos, entre tanto nos enteramos que Cristina y un matrimonio alemán están perdidos, siendo rescatados por la Venemérita. Sangüesa vuelve a ser lugar de reagrupamiento, pues como viene sucediendo, nos vamos dispersando a lo largo de las etapas. Tras algunas elucubraciones decido continuar hasta Izco, tramo que me resultó larguísimo debido al fuerte calor que tuve que soportar. Pero después de 5 Acuarius, como nuevo.


Al día siguiente, ya sin la compañía del grupo, toca ir dejando atrás Abínzano, Salinas de Ibargoiti hasta alcanzar Monreal, donde repongo fuerzas con un buen desayuno. Después de sellar en el albergue, seguí por Yárnoz, Otano, Ezperun, Guerendiain hasta Tiebas, donde decido dar por finalizada la jornada, magnifico Albergue y muy bien cuidado.


En Tiebas se me pasa por la cabeza el regresar a Oviedo, pero pensándolo más friamente, decido continuar hasta Logroño. A la mañana siguiente el Camino discurre por Muruarte de la Reta, Olcoz, Enériz, Santa María de Eunate, Obanos y Puente La Reina, donde tome un refrigerio, de aquí a Mañeru y Cirauqui, haciendo otra obligatoria parada a repostar y a cobijarme un poco de “Lorenzo” que ya calienta de lo lindo.


Continuas subidas y bajadas, me llevan por la calzada y puente romano, puente sobre Rio Salado y Lorca hasta Villatuerta. Un albergue fenomenalmente atendido y donde me aconsejan ir a la piscina y comer allí, esto me levantó el ánimo y en compañía de Manolo, peregrino de extremeño, pasé una excelente tarde. De regreso al albergue, los pies de mi compañero de piscina, pasan por las reparadoras manos del Hospitalero, que los deja listos para seguir camino a Santiago y cumplir con su promesa.


Al día siguiente me pongo en marcha temprano, pero no tanto como pensaba, pues Manolo ya hacía un buen rato que se había puesto en marcha. El paso por el puente sobre el río Ega, marca la llegada a Estella donde aprovecho para desayunar, antes de tomar el casi obligatorio trago de vino en Irache, para seguir Ayegui, Azqueta, Villamayor de Monjardín, 675m para bajar a Fuente, continuando por Cabaña de Mariones, los Cogollicos, Los Arcos y Sansol hasta, por fin, alcanzar Torres del Rio, donde pasé la noche en el albergue Casa Mari, que tan buenos recuerdos me traía de mi anterior Camino.


Me puse en camino por la mañana temprano, pues la etapa comenzaba con subida a la Ermita Virgen del Poyo, Carretera de Bargota 580m, y después todo bajada hacia Viana, ermita Virgen de Cuevas y poco más adelante dejo atrás Navarra, para comenzar el itinerario por La Rioja, el primer contacto riojano es con la casa de Felisa, para al poco trecho pasar el Ebro por el puente de piedra y entrar el Logroño, donde me dirijo a la estación de autobuses para volver a Oviedo.


Ahora después de haber recorrido el Camino Aragonés, queda esperar al próximo año para retomar en Logroño el Francés.


Texto y fotografías de Félix Tafalla

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